Este espacio de forma, niveles y programa complejo, está situado sobre un aparcamiento de nueva construcción, en un interior de manzana, que adopta condición de plaza pública. El proyecto pretende unir las tres entradas actuales de la plaza creando un eje de conexión peatonal entre las calles Ganduxer y Bethoven, reforzado por báculos de iluminación colocados secuencialmente, alternados con soportes de celosías verticales. Este eje se intercepta en un punto neurálgico de la plaza con la entrada desde la Diagonal.

La urbanización se proyecta a nivel, eliminando las barreras actuales tanto físicas como visuales. El desnivel actual entre rasantes de edificaciones que varían hasta máximas de 1.40m., se soluciona a base de un rosario de grandes dunas verdes que se interceptan en el espacio y nos resuelven los desniveles. También se utilizan estas dunas para proteger de las circulaciones las zonas de ocio de la plaza, tales como los juegos infantiles o las zonas de estar. 

Como elementos paisajísticos se crean dos piezas vegetales a destacar. En las zonas donde la losa superficial del aparcamiento no permite plantación de árboles, y coincidiendo y reforzando el eje peatonal entre las calles Ganduxer y Wagner, se disponen entre báculos de iluminación, paramentos altos de celosías de mallas metálicas con vegetación de plantas enredaderas, que permiten la circulación peatonal por debajo de ellos. Estos paramentos verticales “verdes” tienen la función de substituir la falta de vegetación de árboles en este punto debido a la losa del aparcamiento. El último elemento de vegetación lo constituyen unos grandes parterres bajos como substitución de algunas piezas de pavimento, con arbustos bajos de plantas multicolores de 50cms de altura que no interfieren en las visuales.