La decisión de crear un pequeño museo en rampa para el ayuntamiento adyacente, ha sido fruto de solucionar el desnivel de 50cm. Entre la calle y el interior del local, excavado para cumplir la altura mínima de un local de libre concurrencia.
Así se evitaba la disposición de una rampa ortopédica de entrada junto a las escaleras de acceso de bajada. Creando un acceso por todos, se evitaban las rampas históricamente segregadas al usuario con minusvalías.
El acceso que segrega se ha sustituido por el acceso por todos.
Dentro, un pequeño teatrino, donde la perspectiva forzada por la rampa, culmina en un escenario interactivo.
Unir a nivel el pavimento con la acera de la calle, ha permitido en la zona alta de entrada del local recuperar un espacio perdido en el suelo para ubicar un fundido de vidrio expositivo.
La antigua fachada en planta baja con arrimadero y tres vanos, se ha rediseñado para crear una gran boca de entrada que invita al visitante a entrar en el pequeño local, percibiéndolo como una extensión de la Plaza de la Villa que preside edificio del ayuntamiento.